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lunes, 2 de septiembre de 2013

Caravana de la Ciencia: Malinaltepec

Se que debí haber publicado esto hace más de medio año, creí que al menos ya tenía listo el escrito desde hace varios meses y sólo restaba publicarlo y sin embargo no pude encontrarlo, así que sólo he escrito un poco de lo que recuerdo. 

Malinaltepec fue la última sede de la Caravana de la Ciencia y también una de las sedes más alejadas de Chilpancingo puesto que nos llevo cerca de 10 horas para llegar. 

En esta ocasión nos reunimos el viernes por la mañana para almorzar antes de partir hasta dicha sede. Tenía muchas ganas de conocer esta sede por encontrarse muy retirada de Chilpancingo, además de poder disfrutar de la naturaleza de la región de la Montaña. Se nos indico que el clima era frío, por lo cual deberíamos llevar ropa para ocasión. Algunos de mis compañeros de Matemáticas estaba deseosos de participar en esta sede, pero dado el periodo de exámenes semestrales tuvieron que descartar ésta posibilidad, más no así el profe Joel que se había preparado para ésta ocasión porque no conocía el lugar: preparo todo lo posible para no tener compromisos escolares para esta fecha, incluso llevo a su hijo.
El Profe Joel, su hijo y yo antes de irnos a alojar al albergue.
Salimos alrededor de las 10 am, haciendo tres paradas: una parada fue en Atlixtac para tomar un pequeño refrigerio y aprovechar descansar un poco y seguir el viaje. La segunda fue en Tlapa para poder comer y realizar algunos productos que se pudieran necesitar mientras nos encontramos en Malinaltepec. La tercera parada fue a unos cuantos kilómetros de Malinaltepec, la razón fue para transportarnos a través de una camioneta porque el autobús no podía seguir más adelante por lo difícil y peligroso que le resultaba la carretera, además de que ya era de noche. Hacía un poco de frío esa noche, además de ser nublada pero en algunas partes se podía ver el cielo bastante claro, tanto así que se podían apreciar muy bien las estrellas y la vía láctea, lo cual, evidentemente lo supimos aprovechar muy bien tanto el Profe Joel, Dr. Jorge y yo.

Mientras nos dirigíamos al pueblo, por más que trataba de determinar el pueblo a través de sus luces no pude dar con ella hasta que por fin llegamos. Es un lugar bastante hundido con árboles altos que ocultan ocultan al pueblo, mostrando sólo a algunas cuantas casas (de hecho cuando llegamos el cielo estaba nublado y confundí la luz de un foco con el planeta Júpiter por ser lo único que se veía y por lo bajo del terreno en donde me encontraba).

Foto tomada desde al albergue en donde se puede apreciar que los árboles ocultan a las demás casas.
En esta sede nos instalamos a dormir en el albergue que tienen construido a la entrada del pueblo, durante el transcurso de la noche se aclaro la bruma y el cielo estaba tan lleno de estrellas: ya no sólo era posible ver tantas estrellas y la vía láctea, si no también era posible ver, a simple vista la galaxia de Andrómeda y el doble cumulo globular de Perseo. Para esta sede, se había comentado llevar a cabo una sesión de observación con el telescopio del Dr Jorge, con lo cual, algunos compañeros pudieron observar por primera vez a través de un telescopio, lo cual por supuesto fue de mucho agrado.

Al día siguiente por la mañana se instalaron los talleres, se llevo a cabo la ceremonia de inauguración en la que participaron pequeños niños de primaria tocando con sus instrumentos y alumnos de nivel secundaria en la escolta. En esta ocasión no pude estar cerca de los demás talleres puesto que el lugar era una cancha techada y yo tenía que estar en el telescopio. Hubo mucha participación de los estudiantes y profesores en cada uno de los diferentes talleres llevados a cabo, pero a los niños pequeños le gusto mucho las burbujas llevado por los compañeros de La Avispa.










Por mi parte me dedique al telescopio, apuntándole a la luna por unas horas y después al sol. Algo que note en esta sede era que los niños de primaria tenían mejor observación: lograban ver bien los cráteres en la luna mientras que los de nivel secundaria no los lograban ver o bien a algunos les costaba mucho trabajo.











Al final de mi jornada de observación fui a ver los talleres que aún se mantenía, teniendo la oportunidad de hablar con un ex-compañero de escuela y egresado de la maestría en matemática educativa, el cual sólo se que se llama Javier, el llevo a cabo un taller junto con otros profesores con los que trabaja en una universidad cercana a Malinaltepec. Me dio gusto hablar un poco con él a cerca de los planes de cada quien en lo referente al estudio y porque después haber egresado ha encontrado empleo muy pronto.

Cuando por fin terminaron los talleres, se guardaron las cosas y además se aprovecho para tomarnos fotos y la foto del recuerdo de la primera Caravana de la Ciencia. Tiempo después, algunos llevaron las cosas hasta el autobús mientras algunos de mis compañeros nos quedamos en el pueblo.
Un compañero de Matemáticas junto a una amiga de nombre
Tikiva (creo que significa mariposa en mixteco)
Creo que muchos de los que participamos no sólo nos llevamos buenos recuerdos y experiencias, algunos como el compañero de ciencias de la tierra mencionó que ha encontrado la posibilidad de abrir nuevas líneas de investigación, una de ella es a través de los diferentes tipos de fósiles que le han entregado y visto en Zitlala y Ahuacuotzingo, de hecho, un amigo que es de Zitlala me ha comentado que hay muchos fósiles que se pueden encontrar fácilmente ahí.

Los compañeros que participamos en la última sede de La Caravana de la Ciencia
Por mi parte, me sentía bastante extraño cuando los compañeros de otras escuelas me llamaban “astrónomo”. Hasta la fecha no se si exista una segunda Caravana, pero de realizarse me agradaría volver a participar. Siempre me sentí a gusto y a la vez obligado de buena gana a compartir el conocimiento adquirido a través de los años.